El lacado de puertas es un trabajo de carpintería que requiere habilidad y mucha paciencia. Se trata de un proceso de acabado que se realiza para conferir una mayor durabilidad a la madera y una mejor presentación visual. Durante el proceso de lacado se usan varios materiales para asegurar la mejor apariencia y resistencia a la intemperie.
Primero se aplica una capa base de imprimación, que sirve para sellar la superficie de la puerta y protegerla de la humedad. Esta imprimación también ayuda a obtener mejores resultados con el color y la textura del acabado. Una vez aplicada la imprimación, se procede a lacar la puerta con una capa de barniz. Esta capa de barniz puede ser de tres tipos: laca mate, laca satinada o laca brillante. Estas capas de laca se aplican con un rodillo o un pincel para obtener un resultado homogéneo. Algunos carpinteros también recomiendan aplicar una capa protectora adicional, como una cera, para mejorar la resistencia a la intemperie y a los agentes químicos. Esta cera se aplica con un paño suave para evitar rayar la superficie de la puerta. Finalmente, se debe dejar secar la puerta durante varias horas antes de su instalación. Esto garantizará que la puerta tenga un acabado duradero y que se vea bien sin importar el clima o las condiciones atmosféricas. En conclusión, el lacado de puertas es un trabajo que requiere mucho cuidado y paciencia para lograr un acabado de calidad.
El proceso de lacado debe realizarse con los materiales adecuados para lograr la mejor resistencia a la intemperie y una mejor estética.